Tus palabras no se escriben en la arena,sino, en rocas indelebles se han escrito.
Tus pláticas son siempre tan amenas:
¡Ni te imaginas lo que yo las necesito!
Amigo mío, tu consejo es exquisito,
como una dulce melodía a mis oídos.
En temas del corazón, como erudito,
aciertas hasta el total de mis latidos.
Amigo mío, sabes que te necesito
pues eres curación para mis penas.
Solo tenerte y que comprendas mi grito,
será una cicatriz para mis venas.
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